Pero lo cierto es que con este gobierno la región ha mejorado considerablemente, llegando a ser una de las regiones más prósperas. El jefe de gobierno de Bengala Occidental, Buddhadeh Bhattacharjee es un dirigente muy apreciado tanto dentro como fuera del país. Ha promovido la industria manufacturera, la industria de las altas tecnologías y ha propulsado el desarrollo. Una de las cosas que ha prohibido son las huelgas de trabajadores en el sector tecnológico, cosa bastante discutible, y ha liberado de pagar impuestos a la inversión del extranjero.
Una de las cosas también muy importantes que ha hecho este partido es realizar una reforma agraria, la cual acabó con los terratenientes y repartió las tierras entre los campesinos, que representan unos 12 millones de toda la población.
Pero hoy en día no duda en confiscar a algunos de esos campesinos, esas tierras que un día les devolvió, para construir parques tecnológicos si encuentra un inversor que pueda estar interesado.
Ha habido protestas y movilizaciones de miles de campesinos que tuvieron que aceptar míseras indemnizaciones a cambio de sus tierras y sus casas, como el caso de la construcción de esa fábrica de coches de bajo coste de la empresa Tata Motors que pretende ser una revolución en el mercado indio.
Calcuta ya no es lo que era, y ahora se pueden visitar centros comerciales llenos de lujos y marcas europeas para los nuevos ricos. Hay que recordar que el 20% de la población pertenece a la casta de los intocables, lo que hace apreciar las grandes diferencias entre unos y otros.
Bengala Occidental fue una de las regiones que sufrieron por el virus de la gripe aviar. Tuvieron que sacrificarse miles de aves, lo que supuso unas pérdidas muy considerables para los aldeanos que se dedicaban a ellos, y en la mayoría de los casos eran lo único que tenían. El control del sacrificio de las aves fue bastante delicado ya que apenas se disponían de medios y la concienciación de la gente apenas se produjo.
Los campesinos consideraban las aves como de su propia familia, y las seguían cocinando y comiendo como si nada. Parece se que después de todo ello y las pruebas que se han hecho a los presuntos afectados, no hay motivos para tener pánico.