TEXTOS ANTIGUOS

Textos Antiguos en India

KATHA UPANISHADS

Enseñanzas del Dios de la Muerte

Upanishads Katha

Vamos a ver otra escritura sagrada en la India, vamos a ver que nos cuenta el Katha Upanishad. Y para ello lo primero haremos un repaso rápido para ver en que contexto está lo que vamos a ver hoy. Tenemos los Vedas, que comienzan a crearse a partir del año 1500 a.C. Posteriormente surgen escritos que analizan esos Vedas. Y entre esos escritos nos encontramos con los Upanishads, considerados los más filosóficos. Uno de los Upanishads más importantes es este, el Katha Upanishad, escrito entre el siglo V y el siglo I a.C. Y vamos a verlo porque la intención de este escrito es enseñarnos como ser sabios, así que nos va a venir muy bien.

Niño mochilero

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¿Y que nos cuenta este escrito?

Al igual que en el Bhagavad Gita nos encontramos con una conversación entre Krishna y Arjuna, en este caso vemos que hay una conversación entre Yama y Nachiketa, entre el señor de la muerte y el hijo de un sabio, un niño muy espiritual y decidido.

Resulta que el padre de Nachiketa, comenzó a dar ofrendas a los dioses, pero Nachiketa se dio cuenta que sólo le daba las vacas que eran viejas, las que apenas servían. Y pensó que si su padre le daba a los dioses cosas de poco valor no conseguiría un lugar en el cielo. Así que Nachiketa, que tenía un corazón tremendo le dijo que le ofreciera a él como ofrenda, que su vida tendría más valor que esas vacas viejas. A su padre eso no le gustó nada, pero Nachiketa insistía, insistía, insistía tanto, que un día saturó tanto a su progenitor que éste, en un ataque de ira le dijo: “ya me tienes harto, si es lo que quieres te entrego al señor de la muerte”.

Yama y Nachiketa

El dios de la Muerte Yama conversando con Nachiketa

Así que Nachiketa llegó a la casa de Yama, a la casa del señor de la muerte, pero no estaba. Apareció a los tres días. Nachiketa estaba hambriento y sediento. Yama sintió que fue una falta de hospitalidad por su parte haber tardado tanto, así que para compensarle le ofreció tres deseos. Nachiketa se puso a pensar. Como primer deseo le pidió que le liberara de la muerte y que le dejara regresar con su padre, Yama se lo concedió. Como segundo deseo Nachiketa le pidió que le enseñara como hacer bien el sacrificio del fuego sagrado ya que sabía que haciéndolo bien podría llegar al cielo, y claro que si, Yama también le concedió este deseo. Como tercer deseo Nachiketa le pidió que le enseñara el misterio de lo que viene después de la muerte, como señor de la muerte seguro que lo sabía muy bien. Pero Yama comenzó a poner disculpas respecto a este favor, esta enseñanza había sido un misterio incluso para muchos dioses, así que le dijo que pidiera otra cosa, algo material. Nachiketa no quería nada material, sabía que las cosas materiales no duraban para siempre, e insistió, e insistió que quería esa enseñanza. Quería saber que pasa después de la muerte. En realidad Yama estaba encantado con un discípulo así, con tantas ganas de aprender, y no pudo hacer otra cosa que mostrarle la verdad.

Conversaron sobre este tema y Yama le revela el secreto de la inmortalidad del alma. Le dijo que nuestro Yo, nuestro alma, es como si fuera el pasajero de un carro. Nuestro cuerpo sería el carro. Nuestra capacidad de razonar sería el conductor del carro. Nuestra mente serían las riendas. Nuestros cinco sentidos serían los caballos del carro. Y el camino por donde va el carro sería la realidad percibida por nuestros sentidos. Debe haber una perfecta unión entre todos estos puntos. Si comprendes tu capacidad de razonar y controlas tu mente, tu intelecto puede llegar a la verdad absoluta.

Si no controlas tu mente, si no controlas las riendas del caballo, te dejarás dominar por los sentidos. Por lo que, conociéndote a ti mismo podrás conocer tu alma. Lo cierto es que esta parábola del carro es bastante recurrente, y aparece en otros textos indios (me viene la imagen del Bhagavad Gita), además de aparecer en textos de otras civilizaciones. Quizá forme parte del Inconsciente Colectivo que tanto nos habló Carl Gustav Jung. Por cierto Jung estuvo en la India, y seguro que conocía este Katha Upanishad.

Yama, el dios de la muerte, le mostró a Nachiketa la diferencia que hay entre el alma humana y el cuerpo. Le mostró que los sentidos sólo ven lo externo. El sabio debe buscar lo permanente y para llegar al estado supremo hay que aquietar los cinco sentidos, hay que aquietar la mente y el intelecto, es como si paráramos el carro. Le dice que una forma de hacerlo es mediante la meditación y la práctica del yoga. Ésta es una de las primeras veces que se menciona el yoga dentro de la literatura antigua en sánscrito.

Su conversación también gira en torno a la naturaleza del hombre, la naturaleza del conocimiento, del alma y de la liberación. La búsqueda del conocimiento es la dicha más alta que debe buscar un hombre. El señor de la muerte le enseña a distinguir aquello que es placentero de lo que es beneficioso. El conocimiento y la sabiduría te lleva a la búsqueda del bien. La ignorancia y la ilusión te lleva a la búsqueda del placer. La búsqueda del bien es difícil, requiere esfuerzo, pero es eterno. La búsqueda de lo agradable es fácil, pero es transitorio. El hombre liberado mira más allá de lo que sucedió y lo que no sucedió, está libre del pasado y del futuro. Afirma que el hombre no debe temer a nada ni a nadie, ni siquiera a la muerte, ya que la verdadera esencia del hombre ni nace ni muere, es eterna.

Le dijo que el verdadero Yo persiste más allá de la muerte. El propio dios de la muerte le enseña que no va a morir.

No se si, como este Katha Upanishad dice, nos ha ayudado a ser más sabios, pero al menos nos ha hecho reflexionar sobre algo que va más allá de los sentidos. Aquí os dejo el enlace al texto completo, que está muy bien.

Enlace a la obra Katha Upanishad:

http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/Colecciones/ObrasClasicas/_docs/Katha_Upanishad-Literatura_clasica_hindu.pdf

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