LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS
Su influencia en el esoterismo Occidental

Morya y Koot Hoomi

Sería a finales del siglo XIX cuando Occidente conocería a los Mahatmas de la India. Pero, ¿quiénes eran los Mahatmas?

Los Mahatmas entrarían dentro de ese grupo de sabios con un conocimiento, una sabiduría y una espiritualidad muy superior a la de una persona normal, aquellos que pertenecen a eso que se conoce como la Gran Hermandad Blanca.

Si la conciencia sobrevive a la muerte física, es lógico pensar que hay almas más desarrolladas y sabias que otras porque han aprendido más en sus vidas anteriores. Ya hemos hablado alguna vez sobre los Rishis, esos sabios que en la antigüedad védica se cree fueron los autores de los Vedas y otros escritos sagrados. Bueno pues, a finales del siglo XIX hay grupos de esos sabios en diferentes lugares de la Tierra, uno de ellos en el norte de la India. En un territorio que es colonia británica, por lo cual tienen contacto con Occidente. Esos Mahatmas, además de ser sabios, sienten la necesidad de transmitir su sabiduría a los demás.

Por otro lado, en Occidente, y en esa misma época, surge un grupo de personas que se esfuerzan y buscan el conocimiento de la verdadera realidad, para ello buscan tanto en las tradiciones occidentales como en las tradiciones orientales. Con Madame Blavatsky a la cabeza surge la Teosofía, que intentará recopilar toda esa sabiduría.

Fue precisamente Madame Blavatsky quien dio a conocer al mundo occidental la existencia de esos grupos de sabios que había en diferentes lugares, y más concretamente dio a conocer a los Mahatmas, uno de los cuales era su maestro directo.

Como encontró Blavatsky a los maestros

Se dice que Madame Blavatsky tenía visiones desde muy pequeña, y en una de esas visiones veía a un hombre alto de raza hindú.

Blavatsky, estando en Londres, visitó la Gran Exposición Universal que se hizo en el año 1851. A esa exposición fueron invitados delegaciones de las Colonias británicas, donde Blavatsky vio atónita al hombre que veía en sus visiones cuando era pequeña. Esto fue, sin duda, algo increíble para ella, algo muy fuerte, y tenía que contactar con él. Al día siguiente lo hizo y conoció a Morya. Hablaron y él le dijo que sentía la necesidad de comunicar al mundo Occidental toda la sabiduría que él, y otros como él, conocían. Blavatsky no lo dudó, ella haría lo posible para ayudarle y se convirtió en su maestro. Esta fue la semilla que hizo que finalmente Blavatsky creara la sociedad Teosófica, algo que ya había intentado antes pero que no había logrado.

Así que se dice que esto fue lo primero que hicieron los Mahatmas, provocar la creación de esta sociedad con el objetivo de buscar la unión, la igualdad y el respeto entre todas las personas. Y que toda la sabiduría que había en diferentes lugares de la Tierra se concentrara en esa sociedad.

Como se comunicaban los Mahatmas

¿Y cómo transmitieron los Mahatmas su sabiduría? Lo hicieron a través de cartas. Enviaban cartas que recibían diferentes personas muchas veces de manera misteriosa. Es lo que se conoce como “Las Cartas de los Mahatmas”.

Blavatsky y cartas Mahatmas

La primera carta tiene fecha de noviembre de 1870. Estaba escrita en francés y fue enviada por un tal Kuthumi a la tía de Blavatsky. En esa época Blavatsky estaba viajando. Probablemente se encontraba en algún lugar del norte de la India, Nepal o el Tibet buscando conocimientos y sabiduría que ella intuía que podría encontrar allí. ¿Qué decía esa carta? Decía que los familiares de Blavatsky no debían preocuparse por ella ya que no había muerto, estaba bien y estaba feliz.

Henry Olcott, que fue co-fundador también de la Sociedad Teosófica, recibió también cartas de otro grupo de sabios, pero en esta ocasión las cartas provenían de la Hermandad Egípcia de Luxor. Así que no sólo hay cartas de los Mahatmas sino de otros grupos o hermandades. Pero vamos a centrarnos en los Mahatmas, especialmente en dos personas que pertenecían a lo que se conoce como la Fraternidad Tibetana, vamos a fijarnos en Morya y en Kuthumi, los cuales en sus cartas usaban las iniciales M y KH. Son dos maestros que vivían cerca el uno del otro en la zona de Ladakh, actualmente perteneciente a la región india de Cachemira.

Como eran Morya y Kuthumi

Kuthumi (Koot Hoomi) escribía cartas muy educadas, muy dulces, intentaba no disgustar al remitente con sus observaciones. Era considerado un Brahman de Cachemira. Era de piel muy clara, con ojos azules y solía llevar el pelo suelto. Se dice que viajo varias veces a Europa antes de llegar a ser un maestro, y estudió allí en varias universidades. Escribió muchas de las cartas dirigidas a Alfred Percy Sinnett, director de un prestigioso periódico británico en India. La pretensión de estas cartas era que, a través de su periódico, se pudiera divulgar la existencia de estos Mahatmas y su sabiduría.

Blavatsky, germaine, morya y Kuthumi

Morya, descendiente Rajput (guerreros del norte de la India) era el maestro o gurú de Blavatsky. Quizá por descendencia guerrera tenía un carácter impetuoso. Era alto, con ojos oscuros y se escribía cartas con Sinnett y con Hume. Este último era un funcionario británico que se interesaba mucho por el bienestar de la gente, y fue uno de los fundadores del partido político del Congreso Nacional Indio.

La mayoría de las cartas que Sinnet recibía eran de Kuthumi. Teniendo en cuenta que estamos hablando del siglo XIX y que los maestros se encontraban en el Himalaya, ¿cómo las enviaban? ¿qué sistema de correos usaban? Esto ha creado mucha controversia, pero cuentan que Sinnett podía escribir una carta, meterla en un cajón, al día siguiente abrir el cajón y encontrarse con la contestación de los maestros. Podía estar sentado en una mesa y de repente caer la carta del techo.

Precipitación de las cartas

Se dice que los Mahatmas tenían un alumno o aprendiz, y ellos se ayudaban de este alumno para precipitar las cartas, y usaban lo que se llamó telegrafía psicológica, mediante la transmisión de una mente a otra. El Mahatma enviaba mentalmente la imagen de las palabras al alumno que estaba en algún lugar de la India, cerca del destinatario, y este ponía las palabras en la carta. También se dice que le enviaba la idea de lo que quería que escribiera, y el alumno muchas veces podía no plasmar exactamente lo que su maestro quería decir, así que pudo haber errores en ese aspecto. Ese alumno podía entregar la carta en mano, o mandarla por correo.

Hume, Olcott y Sinnett

Las cartas enviadas por los Mahatmas eran muy curiosas, y no fueron dos o tres cartas, sino que fueron más de cuatrocientas. La tinta de esas cartas estaba como incrustada en el papel, no sobre el papel, por eso se dice que las letras estaban precipitadas, las letras no estaban escritas sino impresas, y eso es algo que todavía no se ha podido explicar cómo se pudo hacer.

¿Que se decía en estas cartas? En ellas se ha encontrado mucha información sobre la vida después de la muerte. Es como si partes que aparecen en los Upanishads, ellos lo explicaran en las cartas de manera sencilla, que se pudiera entender. Los Mahatmas eran seguidores de Buda, decían que no hay que aceptar nada porque esté en un libro, lo diga alguien o una religión. Todo debe ser experimentado por nosotros mismos y debemos esforzarnos en buscar la verdad. Pero fundamentalmente lo que los Mahatmas querían transmitir era la necesidad de una fraternidad universal ya que eso llevaría al bienestar de toda la Humanidad. Y las cartas de los Mahatmas suponen una prueba de la existencia de personas más evolucionadas que el resto, que aparecen en diferentes momentos de la historia para enviar mensajes a la humanidad.

¿Eran las cartas falsas?

Se dijo, y muchos lo piensan, que las cartas fueron escritas por la propia Madame Blavatsky. El Museo Británico de Londres hizo comprobaciones exhaustivas sobre la caligrafía de las cartas y afirmaron rotundamente que ella no había podido escribir las cartas. Posteriormente se demostró que algunas cartas se enviaron en un momento y desde una zona donde Blavatsky no estaba y era imposible que ella conociera lo que se decía en ellas.

Los retractores de estas Cartas afirman que a Blavatsky le gustaba disfrutar de las cosas buenas, le gustaba el dinero, le gustaba viajar, y curiosamente estas cartas las recibían teósofos que eran bastante pudientes y no les costaba nada aportar grandes sumas de dinero a la Sociedad Teosófica.

Pero a pesar de todas las críticas negativas que recibió, no hay duda de que ella hizo una gran labor difundiendo y expandiendo los conocimientos de los maestros a nivel mundial, compartió su sabiduría en todos los libros que escribió, en todas las charlas y conferencias que dio. Ella tuvo un papel muy importante en la traducción de numerosos libros sagrados de la India. Ella se dio cuenta que en la India se encontraba esa sabiduría de forma más pura. Y para que llegara a todos nosotros se enfrentó con científicos, religiosos, periodistas y gran parte de la sociedad.

Esto, como otras muchas cosas, no debería ser algo blanco o negro, creo en ello o no creo. Sino que podríamos leer las cartas y aprovecharnos de lo que dicen, y dejar que de alguna manera conmuevan nuestros corazones.

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