GHAT MANIKARNIKA
El lugar más sagrado de Varanasi
y de toda la India

Ghat Manikarnika

Hoy vamos a conocer un poco el ghat, probablemente, más famoso del mundo. El ghat Manikarnika. A orillas del río sagrado Ganges, en la ciudad sagrada de Vanarasi.

Se llaman ghats a esas escaleras que llegan hasta el agua de un río, o de un lago. Se usan para la higiene personal, o para lavar la ropa. Pero lo cierto es que estas graderías son sumamente importantes en la India porque aquí se hacen los rituales de ablución. El agua es un símbolo de purificación, y es necesario hacer este ritual antes de algunos actos religiosos.

El caso de este ghat, el ghat Manikarnika, se usa para realizar las cremaciones de los difuntos y depositar posteriormente las cenizas de los muertos en el agua sagrada del Ganges. No es el único que hay, pero si es el más importante. El otro ghat de cremaciones se llama Harischandra donde encontramos un crematorio eléctrico. Este crematorio se construyó para disminuir la contaminación del río, pero lo cierto es que no se usa. Los hindúes prefieren seguir usando la manera tradicional.

Varanasi

En este ghat se trabaja las 24 horas del día y durante todo el año. Cuando hablamos de la muerte, no hay festivos, ni vacaciones. Las calles que llegan hasta el ghat Manikarnika son todas peatonales, son pequeñas callejuelas, por lo cual los familiares llevan al difunto al hombro en una camilla para que sea incinerado. El difunto suele estar vestido con una túnica naranja y se le cubre con flores. Son las mujeres las encargadas de preparar el cuerpo y las flores en casa. Después no podrán asistir a la incineración. Parece ser que las mujeres, al ser propensas al lloro, podrían contaminar el cuerpo y el espíritu del fallecido. Otra explicación que se da es que ha habido casos de mujeres que han llegado a arrojarse a la pira funeraria de sus maridos o hijos. Y ya rizando el rizo, ha habido casos de mujeres, de viudas del difunto, que han sido arrojadas a las llamas por los familiares del marido fallecido, y así evitar tener que darle de comer y cuidarla.

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Antes de que el difunto sea quemado, es sumergido en el río Ganges para purificarlo. Tras ese ritual es cubierto con una tela blanca si es hombre, o con una tela roja si es mujer. Y el cuerpo se suele untar con grasa para que se queme mejor. Si el difunto es hombre será el hijo mayor el que prenda la pira funeraria, y si la difunta es una mujer será su marido o su hijo quien lo haga. Si no hay hijos será el familiar más cercano. Quien lo haga llevará una túnica blanca y deberá afeitarse toda la cabeza antes de encender la pira funeraria. El fuego se recoge de la llama eterna del templo de Shiva que hay cerca del Ghat, es una llama eterna de un fuego sagrado que no se ha apagado en cientos de años. Con unas pajas, una especie de antorcha, recoge el fuego, lo lleva hasta la pira funeraria, da cinco vueltas alrededor del cuerpo y luego le da fuego.

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Cuando el cuerpo ya se ha quemado, cuando la pira funeraria se apaga, o incluso cuando los propios familiares cogen agua del Ganges para apagar ese fuego ya casi consumido, se arrojan las cenizas al río Ganges. Es curioso pero cerca, a muy pocos metros de este sitio se pueden ver a niños bañándose en el río o gente limpiando ropa.

Se necesitan muchos kilos de madera para poder quemar un cuerpo, casi 300 kilos, para que pueda ser quemado entero. Hay de varios precios, pero por lo general la madera es muy cara. Aquí también hay clases. Los más pudientes suelen elegir la madera de sándalo, la más apreciada. Según la clase social del fallecido puede ser incinerado en una parte o en otra del ghat. Los pobres son incinerados gracias a las donaciones que se recogen para este fin. Algunos difuntos son incinerados con sus propias joyas, quizá tengan dientes de oro. Es fácil ver a los encargados o trabajadores del ghat chequear las cenizas buscando algún pequeño tesoro cuando el fuego ya se ha apagado. Se supone que lo que encuentran se dona para costear las incineraciones de los pobres.

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Lo que se pretende es conseguir la liberación espiritual, librarse del samsara, de volver a nacer y nacer. Porque el alma está atrapado en un cuerpo material, y las acciones buenas o malas que hagamos en esta vida se va a ver reflejado en nuestra vida siguiente. La muerte simplemente es la puerta de entrada a otra vida afectada por el karma de la vida anterior. Bueno, pues se cree que para librarse de ese nacer y renacer continuo cuando mueres tienes que ser incinerado aquí.

En occidente apenas se habla de la muerte y siempre se evita mencionarla. En la India, en cambio, la muerte se ve como algo muy natural. Es un proceso más de la vida y un paso hacia la siguiente reencarnación. No es el final, es sólo un paso. Cuando mueren estás rodeado de sus familiares y no usan salas frías como los tanatorios, o frías cajas como los ataúdes.

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QUE DICE LA TRADICIÓN

Según dice la tradición de los hindúes, no todos deben ser incinerados para conseguir esa liberación espiritual. Aquí entrarían los cuerpos de personas que son consideradas puras. Como las mujeres embarazadas, ya que llevan un feto que es un alma pura. Al igual que los cuerpos de niños de menos de 10 años, ya que a esa edad todavía son almas puras. Los sadhus considerados hombres santos. Aquellos que no tienen brazos ni piernas y son personas indefensas por lo tanto personas sin maldad. Los que han muerto por una picadura de serpiente cobra tampoco tienen que ser incinerados, ya que la Cobra es una representación de Shiva y por ello su veneno es purificador. Los leprosos tampoco serían incinerados. Bastaría con ser arrojados al río directamente. Se suele llevar el cuerpo en una barca hasta la mitad del río Ganges y allí se arroja el cuerpo atado con una piedra pesada para que quede en el fondo.

Se puede pensar que las calles de Vanarasi están llenas de gente moribunda, pero lo cierto es que eso no se ve. Hay muchos alojamientos cerca de aquí que acogen a todos aquellos que se acercan a Vanarasi esperando la muerte.

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El ghat Manikarnika es uno de los más antiguos de Vanarasi. Ya se menciona en una inscripción del imperio Gupta en el siglo V. En el marco del hinduismo se cuenta que la diosa Sati era la diosa de la felicidad conyugal, la energía y la longevidad. Las mujeres que buscan una larga vida junto a sus maridos veneran a esta diosa. Esta diosa que fue la primera mujer de Shiva, y posteriormente se reencarnaría en Parvati, veneraba y amaba enormemente a Shiva. Pero su familia no. El desprecio de su familia hacia el era tan grande que Sati se dio cuenta que si no se hubieran casado, Shiva no hubiera tenido que soportar ese tipo de desprecios. Así que Sati se suicidó, tomó la forma de energía cósmica, y acabó su vida quemando su cuerpo. Entonces Shiva, tomó su cuerpo en llamas para llevarla al Himalaya. Mientras se dirigía hacia allí, partes del cuerpo de la diosa caían a la Tierra, y Shiva declaró esos lugares como lugares sagrados. Manikarna en sanscrito significa pendiente (de oreja). Pues en el ghat Manikarnika cayeron los pendientes de la oreja de la diosa Sati.

El hinduismo posteriormente tergiverso esta historia del suicidio de esta mujer de Shiva y creó la tradición conocida como Sati. En esta tradición se atan a las viudas en las piras funerarias de sus maridos muertos y son quemadas vivas para acompañar a sus maridos en ese viaje. Se dice que es un acto final de lealtad y devoción, pero lo cierto es que se hacía para que la familia del marido se librara de dar de comer a una boca más, y librarse de la viuda. Pero bueno, de esto hay mucho para contar, que lo haremos en otro momento.

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