Nos parece normal lavarnos las manos, los dientes, el pelo,…. Pero ¿que pasa con la mente? Pues podríamos limpiar nuestra mente con los mantras.

En sánscrito “mana” es mente y “tra” sería un sufijo que indica acción, pero en este caso con una connotación de liberar o purificar. Así que se podría decir que mantra es algo usado para profundizar en el pensamiento, para desarrollarlo, pero también para limpiar esa mente. ¿Y como podemos limpiar algo tan delicado como la mente? Pues con los sonidos de esos mantras, que se cree tienen poderes espirituales y sobrenaturales.

Este conjunto de palabras sagradas pueden usarse para invocar a una divinidad y solicitarle alguna ayuda, o pueden centrarse únicamente en el crecimiento personal de cada uno.

Hay mantras que refuerzan la felicidad, otras refuerzan el amor o la compasión. Para ello hay que recitarlos, interiorizarlos y focalizar nuestra mente sobre aquello que meditamos. Es, como en otras muchas cosas, importante tener fe, confianza en este proceso y ponerle amor y cariño a lo que estamos haciendo. De todas formas, si esa fe no existe de igual manera la recitación del mantra traerá beneficios a quien lo practica.

Hay numerosos tipos de mantras y muchos pueden recitarlos todo el mundo. Pero hay otros que son transmitidos únicamente de maestro a discípulo, sólo a esos discípulos iniciados, a esos pocos que se les permite o están preparados para tener acceso al conocimiento. En el hinduismo, budismo o jainismo los discípulos pasan por un ritual de iniciación al culto de alguna deidad que se conoce como diksha. Y es aquí donde el maestro espiritual le concede al iniciado unos determinados mantras.

La constancia es muy importante en los mantras, y su repetición es indispensable. A veces decimos cosas como “¡vaya! me lo repitió mil veces como un mantra”, como si fuera algo molesto. Pero la verdad es que, en una meditación seria, en la repetición está el secreto. Y cada mantra debe repetirse 108 veces, que es un número que por varias razones es muy significativo en el hinduismo. Muchos lo que hacen es repetirlo la mitad de veces, o sea 54 veces, pero 108 es lo mejor. Para ello te puede ayudar de un Mala, una especie de collar con 108 cuentas o bolitas que se usa para orar.

En general los mantras tienen una melodía y en su construcción hay una precisión matemática. A veces los sonidos pueden carecer de un significado literal, pero pueden tener un efecto en la persona, en la mente. Es por ello que a veces son comparados con el canto de los pájaros, que tienen el poder de comunicar algo, aunque nosotros no encontremos el significado literal de dichos cantos. De hecho algunos mantras no tienen significado, usan palabras que no se sabe su significado, pero lo realmente importante es como se pronuncia un sonido junto con el siguiente.

¿Y como pueden ayudar los mantras al alma? El alma no es la mente. El alma es algo que traemos de otras vidas, y nos encarnamos otra vez para aprender o superar algo determinado. Al ser el mantra un instrumento o una forma para llegar a la meditación, se dice que por ello nos ayuda, además de limpiar nuestra mente, puede poco a poco limpiar nuestro alma.

Un mantra crea un sentimiento en aquella persona que lo recita. Tiene un efecto luminoso, emotivo, hipnotiza, crea sensaciones. O sea, conseguimos beneficios en el aspecto espiritual y mental. Y cuando eso ocurre, cuando obtenemos un equilibrio y nuestra mente se limpia, nuestro cuerpo físico también lo agradece. Imaginaros todos sus beneficios que ofrece recitar mantras en caso de depresión, ansiedad o estrés.

La existencia de los mantras se remonta al rigveda, el primer texto védico que está datado alrededor de año 1500 a.C. Pues esos himnos védicos compuestos por versos sólo podían ser pronunciados por los sabios, por los Rishis. Pero esos sabios no fueron los que crearon esos mantras, sino que ese conocimiento les fue revelado, ese conocimiento descendió desde el mundo espiritual a través de esos rishis y a través de las escrituras sagradas. Los rishis o sabios, lo que hicieron fue transmitirlos al mundo.

Los sonidos son vibración, y la vibración ayuda a conseguir la elevación espiritual. De esta manera puedes llegar a alcanzar otras dimensiones del ser, ese es el poder sugestivo del mantra.

De los millones de mantras que existen cada uno elige recitar el que quiera, pero es importante saber la intención de ese mantra, para hacer lo realmente con algo de sentido. Y pueden recitarse sin mas como si estuviéramos leyéndolos, pueden recitarse con una entonación determinada creando una melodía, y pueden recitarse acompañados de instrumentos musicales.

Hay mantras que pueden ser usados para invocar cosas negativas, como intentar controlar la mente de otras personas, para hacer el mal. El camino espiritual tantra, tiene una varias variantes, una es la conocida como “Tantra negra” donde se realizan ciertas técnicas y rituales para crear realidades alternativas, o para manipular o controlar a terceras personas.

Los mantras no son exclusivos del hinduismo, también se pueden escuchar en el judaísmo, en el islam, en el cristianismo los rezos o avemarías pueden considerarse también mantras, los cantos gregorianos, los cánticos en algunas tribus. La conexión con la energía Suprema a través del sonido puede encontrarse en casi todas las culturas, es que todos somos muy parecidos y como muchos dicen “todo nosotros hemos bebido de la misma fuente”.

En los Upanishads hay un grupo de mantras que se conocen como “mantras shanti” que están enfocados a la paz. Son los más usados en los rituales religiosos. Así que nos vamos a quedar con el mantra Om Shanti, Shanti, Shanti para obtener la paz personal y para obtener la paz mundial.