Las calles que llegan hasta el ghat Manikarnika son todas peatonales, son pequeñas callejuelas, por lo cual los familiares llevan al difunto al hombro en una camilla para que sea incinerado. El difunto suele estar vestido con una túnica naranja y se le cubre con flores.
Toda la ejecución estaba supervisada por el mahout, esa persona encargada del entrenamiento del elefante desde que es pequeño. El mahout podía usar cadenas o un gancho para indicarle al elefante lo que tenía que hacer.
Todos aquellos que han tomado parte de esta ceremonia antyesti, o han estado expuestos al cadáver o al humo de la cremación deben limpiar su cuerpo lo antes posible, ya que este ritual es considerado impuro y podrían contaminar todo aquello que toquen.
A través de esta historia del Kena Upanishad se sugiere que las acciones, como destruir algo con fuego o mover cosas, no nos lleva a conocer la esencia del ser, las acciones no es el camino
