RELIGIÓN
Religión en tu viaje por India
Shadu Sundar Singh
Cristianismo en India – Religiones
Shadu Sundar Singh (1889-1929) Misionero cristiano indio
Sundar Singh nació en una importante familia terrateniente sij en el pueblo de Rampur, en el estado indio de Punjab. El sijismo, fundado sobre el año 1699 d.C., es una religión que enseña la creencia de un dios y rechaza el sistema de castas. Esta religión se convirtió en una de las religiones más importantes en la zona del Punjab, además del hinduismo y el Islam. La madre de Sundar Singh le llevó a sentarse a los pies de un sadhu, un hombre santo ascético, quien vivía bastante lejos en la selva, y también le enviaron a la escuela Ewing Christian High School en Ludhiana para aprender inglés.
La muerte de la madre de Sundar Singh, cuando apenas tenía catorce años, hizo que entrara en una profunda desesperación y violencia. Sacó su ira contra los misioneros, los perseguidos cristianos convertidos, y ridiculizó su fe. Como desafío final con esa religión, compró una biblia y la prendió fuego página por página en su casa mientras sus amigos le observaban. Tres noches más tarde, Sundar tomó un baño antes de ir a la vía del tren para suicidarse.
Sadhu Sundar Singh with Archbishop Nathan Söderblom, during his stay in Sweden
Mientras se bañaba, Sundar preguntó en algo quien era el verdadero dios. Si el dios verdadero no se le mostraba esa misma noche se suicidaría. Finalmente, esa noche antes del amanecer, Singh tuvo una visión de Cristo con sus manos traspasadas.
Conversión al cristianismo
Sundar anunció a su padre, Sher Singh, que en adelante seguiría el cristianismo. Su padre le denunció, y su hermano Rajender Singh intentó envenenarle. La vida de Sundar fue salvada gracias a la ayuda de una comunidad cristiana cercana.
En su cumpleaños decimosexto, fue bautizado públicamente como un cristiano en la iglesia parroquial de Simla, en las estribaciones del Himalaya. Antes de esto había vivido en la Casa Cristiana de Leprosos en Sabathu, nerca de Simla, ayudando a los enfermos.
Vida de servidumbre
En octubre de 1906, partió en su viaje como un nuevo cristiano vistiendo un turbante y la túnica amarilla de los sadhu hindúes, un asceta dedicado a la práctica espiritual. Singh se veía a si mismo como un sadhu, aunque un sadhu dentro del cristianismo en vez del hinduismo, ya que se dio cuenta que el cristianismo no podría penetrar en la India a menos que se hiciera de la forma india.
“Yo no soy digno de seguir los pasos de mi Señor”, dijo, “pero, como él, no quiero casa ni posesiones. Como él, yo perteneceré a la calle, compartiendo el sufrimiento de mi gente, comiendo con aquellos que me den cobijo, y transmitiendo a los hombres el amor de dios”.
Iglesia Memorial Sadhu Sundar Singh en Faridkot, Punjab
Después de regresar a su pueblo natal, donde encontró una cálida e inesperada bienvenida, Sundar Singh viajó hacia el norte a través de Punjab, y sobre el paso Bannihal llegando hasta Cachemira. La vuelta la hizo a través del país musulmán de Afganistán pasando por la frontera del noroeste llena de bandidos y Baluchistan. Se referían a él como “el apóstol con los pies sangrantes” por las comunidades cristianas del norte. En su viaje sufrió arrestos y lapidación por sus creencias, y experimentó encuentros místicos.
En 1908, Sundar cruzó la frontera del Tibet, donde se quedó horrorizado por las condiciones de vida. Allí fue apedreado ya que se bañaba en las frías aguas y se pensaba que los hombres santos nunca se bañaban.
En 1908 también se trasladó a Bombay con la esperanza de coger un barco que le permitiera visitar Palestina, pero se le negó un permiso y tuvo que regresar al norte. En este viaje reconoció el dilema fundamentos de la misión cristiana en la India. Un brahmán se había sentido indispuesto en un vagón debido al calor, y un jefe de estación anglo-indio le ofreció agua. El brahmán sólo podía aceptar agua de su propio recipiente. Sundar Singh se dio cuenta que la India no podría convertirse fácilmente al cristianismo al estilo occidental, aunque la gente había respondido muy bien a su túnica.
Enseñanza formal del cristianismo
En diciembre de 1909 Singh comenzó a aprender el ministerio de cristianismo en el colegio anglicano de Lahore. Según sus biógrafos, no estableció relaciones estrechas con sus compañeros de estudios, reuniéndose sólo con ellos en los momentos de las comidas y en las sesiones de oración. Es por ello que fue condenado a que le dejaran de lado en muchas ocasiones por ser “diferente”.
Aunque había sido bautizado por un sacerdote anglicano, Singh era un ignorante de la cultura eclesiástica y las convenciones del anglicismo. Su incapacidad para adaptarse le impidió integrarse en la rutina del estudio académico. La mayoría de los cursos o los métodos que se usaban para la enseñanza del evangelio parecían irrelevante tal y como la India necesitaba escucharlo. Después de ocho meses en este colegio, Singh lo abandonó en julio de 1910.
Muchos biógrafos han afirmado que la retirada de Singh se debió a ciertas disposiciones establecidas por el obispo Lefroy. Como un sacerdote anglicano ordenado, a Singh se le dijo que dejara de usar la vestimenta de sadhu y llevara ropa clerical europea “respetable”, usara el uso del culto anglicano formal, cantara himnos ingleses y dejara de predicar fuera de su parroquia sin previo aviso.
Ayudando a los demás
A veces las historias en aquellos años eran sorprendentes e increíbles. De hecho había algunas que contaban historias que eran bastante místicas en lugar de contar acontecimientos reales. Ese primer año, en 1912, volvió con una historia de encontrar a un ermitaño cristiano de más de trescientos años que vivía en una cueva y con el cual pasó algunas semanas en una comunión profunda.
Según Singh, en un pueblo llamado Rasar fue arrojado a un pozo lleno de huesos y lo dejaron morir, pero tres días más tarde fue rescatado.
Se dice que en estas y en otras ocasiones Singh había sido rescatado por miembros de la “misión Sannyasi” – discípulos secretos de Jesús que llevan marcas hindúes, los cuales se encuentran en toda la India.
La misión secreta Sannyasi tiene la reputación de tener alrededor de 24.000 miembros en toda la India. Se dice que los orígenes de esta hermandad están relacionados con los Reyes magos en el nacimientos de Cristo, y más tarde con los discípulos del siglo II del apóstol Tomás que circulaban en la India. No se supo nada de esta asociación evangélica hasta después de que William Carey (misionero inglés 1761-1834) comenzó su trabajo misionario en Serampore.
No se sabe si Singh consiguió muchos discípulos en sus viajes en tierras tibetanas. Singh no llevó un registro escrito y no fue acompañado por ningún discípulo que fuera testigo de los hechos.
Viajes al extranjero
A partir de sus veinte años el ministerio de Sundar Singh se abrió bastante, y mucho antes de cumplir los treinta su nombre y su imagen era familiar en todo el mundo cristiano. Él describió una lucha con Satán para mantener su humildad, pero la gente le describió siempre como muy humano, accesible, humilde, con sentido del humor y amor a la naturaleza. Su carácter, con ilustraciones de la vida cotidiana, ofrecía discursos que provocaban un gran impacto. Mucha gente decía, “No sólo se parece a Jesús, sino que habla como Jesús debió de haber hablado”. Se transmitía su oratoria y sus discursos personales en las meditaciones de las mañanas, especialmente en los evangelios. En el año 1918 Singh hizo una gira por el sur de la India y Ceilán, y el siguiente año fue invitado a Birmania, Malasia, China y Japón.
Algunas de las historias de estos viajes fueran tan extrañas como cualquiera de sus aventuras en el Tíbet. Singh afirmaba tener poderes sobre la vida salvaje. Y afirmó incluso que tenía poder sobre la enfermedad, aunque nunca permitió que esas presuntas dotes tuvieran mucha publicidad.
Durante mucho tiempo, Sundar Singh quiso visitar Gran Bretaña, y la oportunidad se le presentó cuando su padre, Sher Singh, le dijo que él también se había convertido al cristianismo y deseaba darle el dinero que le hacía falta para el viaje a Gran Bretaña. Visitó occidente en dos ocasiones, y viajó a Gran Bretaña, los Estados Unidos y Australia en el año 1920, y en la otra ocasión a Europa en el año 1922. Fue muy bien recibido por los diferentes tipos de cristianismo, y sus palabras buscaron los corazones de la gente que en esos momentos se enfrentaban a la Primera Guerra Mundial. Singh se horrorizó por el materialismo que vio en estos viajes, así como el vacío y la poca religiosidad que encontró en todas partes, en contraste con la conciencia de dios en Asia. Una vez que volvió a la India continuó con su sacerdocio, aunque estaba claro que se encontraba cada vez más débil físicamente.
Viaje Final
En el año 1923 Sundar Singh hizo su última visita regular al Tíbet y terminó exhausto. Sus días predicando se acabaron y en los años siguientes, en su propia casa o en las de sus amigos en las colinas de Simla se entregó a la meditación, la comunión y a escribir algunas de las cosas que había vivido en la predicación.
En el año 1929, en contra del consejo de sus amigos, Singh decidió hacer un último viaje al Tíbet. Fue visto por última vez el 18 de abril de 1929 emprendiendo este viaje. En abril llegó a Kalka, un pequeño pueblo debajo de Simla, con una figura prematuramente envejecida en su túnica amarilla entre los peregrinos y los hombres santos que estaban comenzando su peregrinación a uno de los lugares sagrados hinduistas que se encontraba a unos cuantos kilómetros de distancia. No se sabe hasta donde llegó. Continúa siendo un misterio si murió de agotamiento o alcanzó las montañas. Algunos dijeron que Singh fue asesinado y su cuerpo tirado al río. Otros decían que fue arrebatado por los ángeles y llevado al cielo.
Al principio de la década de 1940, el obispo Augustine Peters, un misionero nativo del sur de la India, buscó al hermano de Sundar, Rajender Singh, y le introdujo a la fe cristiana bautizándole en Punjab. Rajender dio a conocer muchos de los milagros realizados por Sundar Singh y muchas personas se convirtieron al cristianismo bajo su sacerdocio.
Sadhu Sundar Singh es muy apreciado por muchos como una figura formativa del desarrollo de la iglesia cristiana en la India.