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Dioses y religiones en India

En el marco del hinduismo, Sati es la diosa hindú de la felicidad marital y la longevidad. Sati es la primera consorte de Shiva, siendo Parvati en su reencarnación. A Sati le rinden culto principalmente las mujeres hinduistas que buscan una larga vida junto a sus maridos.

En la mitología hindú, Sati tuvo el papel de seducir sexualmente a Shiva para sacarlo del aislamiento ascético. Después de casarse con Shiva, ella asistió a una fiesta que oficiaba su padre Daksha (a la que él no la había invitado, por ser esposa del sucio Shiva).

Ante un desaire de Daksha contra su esposo Shiva, Sati se suicidó: se sentó en el piso a meditar y se encendió a si misma en llamas (un raro poder místico). Al enterarse shiva, mató la todos los asistentes a la fiesta, incluido su suegro Daksha.

La religión hinduista creó la tradición sati, en que ataban a las viudas a la pira funeraria de su marido como acto final de “lealtad y devoción”.

Acuarela de alrededor del año 1800 donde se ve a un sonriente dios Shiva que camina con la diosa Sati suicidada (todavía generando humo), clavada en su tridente

Hay una leyenda hindú que cuenta que en una ocasión Daksha (uno de los hijos del dios Brahma y padre de Sati) organizó una gran fiesta. Fueron invitados todos los dioses, con la excepción de su hija y Shiva.

Pero Sati quería visitar a sus padres, familiares y a todos sus amigos de la infancia, así pues buscó una razón por la cual no fue invitada. Su razonamiento fue pensar que no necesitaba una invitación, ya que ella forma parte de esa familia siendo innecesaria la invitación.

Sati, la primera esposa de Shiva, se encuentra frente a su padre Daksha, sentado en el trono. Ellos discuten después de que Daksha hubiera profanado una estatua del dios y se negara a invitar a Shiva al sacrificio. Así que se suicida por el dolor de su amado. Un sadhu, simbolizando a Shiva, está sentado en primer plano. Pintura de alrededor de 1895

De hecho, ella no necesitaba ninguna invitación para visitar a su madre, así que iría de todos modos. Shiva intentó disuadirla, pero ella estaba convencida y decidida a ir.

Cuando Sati llegó a la fiesta fue recibida fríamente por su padre. Se pusieron a discutir sobre las pocas virtudes de Shiva. Cada momento que pasaba su padre le dejaba más claro a Sati que era completamente incapaz de apreciar las muchas y excelentes cualidades de su esposo, aunque era un gran dios. Fue en ese momento cuando Sati se dio cuenta que este desprecio que estaba cayendo sobre Shiva se debía a que él se había casado con ella. Ella fue la causa del deshonor de su esposo. Sati estaba llena de ira contra su padre, y detestaba profundamente su mentalidad. Esta ira se hizo tan intensa que tomó la forma de Adishakti (energía cósmica), y de pronto aterrorizó a todos los que estaban presentes allí, además de que su ira causó estragos en la Tierra. En medio de esa ira maldijo a su padre Daksha para que un día muriera en manos de Shiva. Adishakti entonces quemó el cuerpo de Sati, podía hacerlo porque que ella era la Diosa de la energía y el poder, e invocó a sus poderes y debido a su gran devoción a Shiva se suicidó.

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